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Diagnóstico de la trocanteritis: mucho más que localizar el dolor
Diagnosticar correctamente la trocanteritis es el primer paso para resolverla. Aunque suele comenzar con un dolor evidente en la zona lateral de la cadera, no siempre es tan fácil de identificar, ya que puede confundirse con otras dolencias como ciática, artrosis de cadera o problemas lumbares. Además, si solo se evalúa la zona del dolor sin tener en cuenta la historia del paciente, su estilo de vida o los factores emocionales y digestivos implicados, el tratamiento probablemente será incompleto. En esta sección te explicamos cómo se diagnostica esta patología de forma completa: desde las pruebas físicas más utilizadas hasta los aspectos menos evidentes que también hay que valorar para entender el origen real del dolor.

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Evaluación clínica de la trocanteritis: pruebas físicas y exploración manual
El diagnóstico inicial de la trocanteritis suele realizarse a través de una exploración física. El profesional evalúa la sensibilidad en el trocánter mayor, comprobando si el dolor aumenta con la presión directa o con ciertos movimientos, como la abducción o la rotación de la cadera. También se valoran los patrones de marcha, la simetría postural y la tensión en los músculos glúteos y de la pelvis. Estas pruebas permiten descartar o confirmar que el origen del dolor es la bursa trocantérica. Sin embargo, aunque son útiles, no siempre bastan por sí solas. Una valoración efectiva debe ir más allá del punto de dolor y considerar cómo está funcionando el cuerpo en su conjunto.
Diagnóstico diferencial: ¿es realmente trocanteritis?
Muchas personas conviven con un diagnóstico de trocanteritis sin estar seguras de si realmente esa es la causa de su dolor. Y es que esta patología puede confundirse fácilmente con otras como el síndrome piramidal, la tendinopatía del glúteo medio, la lumbalgia irradiada o incluso una artrosis incipiente de cadera. En algunos casos, el dolor no está provocado por una inflamación local, sino por una disfunción interna que se refleja en esa zona. Por eso, el diagnóstico diferencial es clave: identificar correctamente el origen evita tratamientos innecesarios o ineficaces y permite enfocar la recuperación de forma más precisa. A veces, lo que parece trocanteritis es solo la expresión de un problema más profundo.
“Tú tienes poder sobre tu mente, no sobre los acontecimientos. Date cuenta de esto y encontrarás tu fuerza”
-Marco Aurelio
Pruebas complementarias: cuándo son necesarias para diagnosticar la trocanteritis
En la mayoría de los casos, el diagnóstico de trocanteritis se realiza de forma clínica, sin necesidad de pruebas de imagen. No obstante, cuando el dolor se mantiene en el tiempo o existen dudas sobre su origen, pueden solicitarse ecografías o resonancias magnéticas para valorar el estado de la bursa y los tejidos circundantes. Estas pruebas pueden confirmar la inflamación o descartar lesiones estructurales más graves. Sin embargo, es importante entender que una imagen no siempre explica el dolor: muchas personas presentan signos inflamatorios sin molestias, y otras sufren dolor intenso con pruebas normales. Por eso, las pruebas deben ser una herramienta más, no el único criterio para decidir el tratamiento.
Valoración global: factores emocionales, viscerales y de estilo de vida
Un diagnóstico verdaderamente útil no puede limitarse a detectar una inflamación en la cadera. Es necesario comprender por qué ha aparecido, qué factores han favorecido su desarrollo y qué está impidiendo su resolución. Aspectos como el nivel de estrés, el estado emocional, la alimentación, el tránsito intestinal o la calidad del descanso son piezas clave del puzzle. Evaluar estos elementos permite identificar causas ocultas que muchas veces están detrás del dolor persistente. Solo con una valoración global se puede establecer un plan de recuperación completo, coherente y adaptado a cada persona. Porque el diagnóstico no debe limitarse a ponerle nombre al dolor, sino a entenderlo en profundidad.


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Somos Iñigo y Roberto Junquera, creadores del portal de contenido de FisioOnline y de Fiit Concept.
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