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Las causas de la trocanteritis: un enfoque más completo

Cuando hablamos de trocanteritis, lo más habitual es pensar en una sobrecarga o lesión local provocada por actividad física, posturas incorrectas o envejecimiento. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja. Esta dolencia suele ser el resultado de una combinación de factores mecánicos, emocionales, digestivos, hormonales e incluso alimentarios que interactúan entre sí. Por eso, muchas veces el dolor persiste o vuelve, a pesar de seguir tratamientos convencionales o realizar ejercicios. En esta sección vamos a explicarte las principales causas que pueden estar detrás de tu trocanteritis. Al comprenderlas, no solo entenderás mejor tu dolor, sino que podrás tomar decisiones más acertadas para resolverlo desde su raíz y no solo aliviarlo momentáneamente.

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Trocanteritis por sobrecarga mecánica: cuando el cuerpo se descompensa

Una de las causas más evidentes de la trocanteritis es la sobrecarga de la musculatura de la cadera y el desequilibrio postural. Caminar, correr o estar de pie durante mucho tiempo puede generar fricción en la zona del trocánter, sobre todo si los músculos glúteos no trabajan de forma equilibrada. Además, el uso excesivo de un solo lado del cuerpo, problemas en la pisada o diferencias en la longitud de las piernas pueden provocar una irritación progresiva de la bursa. Sin embargo, muchas personas con el mismo nivel de actividad no desarrollan dolor. Esto indica que la causa no es únicamente mecánica, sino que hay otros factores que predisponen o perpetúan esta dolencia si no se detectan y corrigen a tiempo.

Digestión, inflamación y su relación con la trocanteritis

El aparato digestivo tiene una influencia mucho mayor de la que solemos imaginar en los dolores musculoesqueléticos. En el caso de la trocanteritis, una disfunción en el colon o el intestino puede provocar una inflamación de bajo grado que repercute directamente en los tejidos cercanos, como la cadera. Además, este tipo de disfunciones viscerales generan tensiones reflejas en la musculatura que alteran la biomecánica sin que necesariamente se note dolor abdominal. Si a esto le sumamos una mala absorción de nutrientes, la capacidad del cuerpo para reparar el tejido inflamado se ve comprometida. Por eso, revisar la salud digestiva es clave para entender por qué una dolencia aparentemente localizada no termina de curar.
“Tú tienes poder sobre tu mente, no sobre los acontecimientos. Date cuenta de esto y encontrarás tu fuerza” -Marco Aurelio

Cargas emocionales: el cuerpo también habla

El cuerpo tiene formas muy sutiles —y otras muy claras— de expresar lo que emocionalmente no se gestiona. Rabia contenida, frustración, culpa o la sensación de no avanzar en la vida pueden somatizarse en la zona pélvica, especialmente en la cadera. Es muy habitual que personas con trocanteritis crónica relaten momentos de estrés, bloqueos personales o conflictos no resueltos coincidiendo con el inicio de sus síntomas. Estas emociones generan tensión muscular persistente, inflamación y una baja tolerancia al dolor. A veces no basta con estirar o fortalecer: hay que soltar lo que se ha guardado durante mucho tiempo. Escuchar el cuerpo con esta perspectiva puede ser el primer paso hacia una recuperación mucho más profunda y duradera.

Hormonas, alimentación y el entorno interno

Cambios hormonales, sobre todo en mujeres, pueden alterar la forma en la que el cuerpo reacciona al estrés, la inflamación o el dolor. Irregularidades menstruales, premenopausia o problemas ginecológicos pueden reflejarse como dolor en la cadera, especialmente en la zona del trocánter. A esto se suma una alimentación poco adecuada: azúcares, harinas refinadas, productos procesados o intolerancias no detectadas generan un entorno inflamatorio que sensibiliza los tejidos. Incluso con actividad física moderada, el cuerpo se encuentra en un estado de sobrecarga interna que dificulta su capacidad de sanar. Identificar y corregir estos desequilibrios hormonales y nutricionales es un paso esencial si realmente se quiere erradicar la trocanteritis y no solo “convivir” con ella.

¿Quiénes somos?

Somos Iñigo y Roberto Junquera, creadores del portal de contenido de FisioOnline y de Fiit Concept.

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